La nueva tienda eco de tu barrio, el restaurante crudivegano en el que cenaron tus amigos el fin de semana o la noticia de que McDonald's ya tiene una veggieburger entre sus menús en Suecia y Finladia. Las dietas vegetarianas de todo tipo han llegado para quedarse.
Por este motivo, la consultora Lantern ha llevado a cabo el estudio The Green Revolution con el fin de obtener datos sobre el mundo veggie (donde incluyen el vegetarianismo, el veganismo y el flexivegetarianismo). Los datos que obtuvieron pueden verse en la siguiente infografía:
Como se puede observar, casi el 8% de la población española es veggie; es decir, sigue una dieta flexitariana, vegetariana o vegana. Asimismo, el mercado global de productos veggies alcanzará los 5.000 millones de dólares en dos años.
Evidentemente, los resultados presentan un escenario de sentido único, en el que el vegetarianismo y el veganismo no dejarán de avanzar. Como ocurre con cualquier fenómeno que crece de forma imparable, esta situación deriva en una mayor curiosidad por este tipo de dietas. Las diferentes opiniones, fundadas o no, sobre el vegetarianismo y el veganismo empiezan a convertirse en monotema en las reuniones de amigos y familiares.
Sin embargo, la curiosidad no siempre redunda en la transmisión de información veraz. Con el aumento de referencias a este tipo de dietas, aumentan los bulos. Por este motivo, en este artículo trataremos de responder a los más comunes.
Los vegetarianos solo comen plantas
Lo primero que debemos hacer para responder ante esta afirmación es repasar brevemente los tipos de dietas vegetarianas que hay.
Ovolactovegetarianismo: los ovolactovegetarianos, además de comer todo tipo de productos de origen vegetal, también consumen huevos y productos lácteos.
Lactovegetarianismo: los lactovegetarianos, además de comer todo tipo de origen vegetal, también consumen productos lácteos, pero no huevos.
Ovovegetarianismo: los ovovegetarianos, además de comer todo tipo de origen vegetal, también consumen huevos, pero no productos lácteos.
Veganismo: los veganos no consumen ningún producto de origen animal: ni huevos, ni productos lácteos, ni miel, etc. Evidentemente, tampoco consumen pieles ni cualquier otro producto que derive de la explotación animal.
Flexitarianismo: los flexitarianos suelen ser personas que, si bien basan su dieta en productos vegetales, huevos y lácteos, a veces comen pescado y carne.
Además de diferenciar entre los diferentes tipos de dietas, es necesario recordar que renunciar al pescado y a la carne, e incluso a los huevos y a los productos lácteos, no implica comer solo “plantas”. Los cereales, como el arroz, la pasta, la quinoa; la fruta; y los frutos secos también se pueden consumir. Las verduras y legumbres no son opción única.
Con la dieta vegetariana se adelgaza
Desgraciadamente, no. Los vegetarianos tienen acceso a multitud de productos procesados y muchos de los que se venden como productos veggie, de hecho, lo son. Si no organizas tu dieta adecuadamente, es muy probable que al principio engordes. Normalmente, cuando te haces vegetariano y todavía no tienes experiencia en la cocina, tiendes a aumentar el consumo de hidratos de carbono: comes más pasta, más arroz, más patatas fritas.
Por lo tanto, si bien es cierto que una dieta vegetariana bien organizada puede ayudar a perder peso, el mero salto al vegetarianismo no implica una reducción inminente de la masa corporal.
El vegetarianismo es una moda pasajera
Las primeras sociedades vegetarianas europeas surgen a finales del s. XVIII y principios del s. XIX; es decir, hace más de 200 años. Al principio, este tipo de dietas estaban relacionadas con la religión hindú y la misericordia hacia los animales. Autores como John Oswald y Williams Lambe se ocuparon de este tipo de alimentación; el primero, tratando de inculcar la justicia para los animales; el segundo, tratándolo como receta para curarse de ciertas enfermedades. Desde este momento, el vegetarianismo ha tenido sus altibajos, pero nunca ha desaparecido.
Es cierto que desde hace unos años el número de vegetarianos en todas sus variedades no ha dejado de aumentar, pero esto no se debe a la moda: como se puede observar en el estudio de Lantern, los motivos por los que la gente empieza a seguir una dieta vegetariana es su preocupación por la sostenibilidad, el bienestar de los animales y la salud. La OMS vinculó en 2015 el cáncer con el consumo de carne roja y procesada y cada vez se publican más documentales que arrojan luz sobre el deplorable maltrato que sufren los animales en los mataderos, como el documental Matadero.
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